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Con la de ayer ya son nueve las semanas consecutivas en las que la cotización española está bajando. Desde el fastuoso precio de 2,025 hasta los 1,803 de ayer, ¿qué demonios está pasando?
El mercado actual nada tiene que ver con el mercado desde mayo a julio, cuando nuestro precio habitaba en el cielo. Varios hechos han irrumpido con fuerza para sacudir los fundamentos del statu quo, a saber:
- Hemos sabido recientemente de la desaparición de dos frigoríficos de talla mediana españoles, uno en Girona y otro en Valencia.
- Muchos y significados operadores españoles dan por descontado que algún otro frigorífico desaparecerá antes de Navidad de este año, aunque eso ya lo veremos.
- Desde hace algunos meses el PRRS se muestra benigno y los lechones sobreviven a su infección. Indudablemente llegan y llegarán más cerdos a la faena. Además, en los censos de la última primavera, la cabaña española muestra un crecimiento de un 4% respecto del año pasado y un 16% en cerdos de 20 a 49 kilos.
- Los cuatro meses en los cuales España mantuvo su cotización en el nivel más alto del mundo han provocado pérdidas millonarias en todos los frigoríficos españoles, sin excepción alguna. Las secuelas y consecuencias están siendo importantes y graves.
- Los balances de los grandes fabricantes españoles de embutidos del año 2022 no son nada boyantes; en algunos casos se observan pérdidas muy severas.
- Las exportaciones al Sudeste Asiático están realmente bajo mínimos; esta falta de venta se deja notar y el aumento de ventas intracomunitarias no es suficiente para compensar. Brasil muestra una sorprendente agresividad en sus precios de exportación.
Todos estos factores son negativos, del primero al último, en lo que se refiere al mercado: la suma de todos ellos es la que ha provocado ese giro tan brusco del mismo. Parece como si hubiéramos girado la media del revés; nueve semanas consecutivas bajando consistentemente así lo atestiguan.
Todos sabemos de la importancia de la psicología humana en los comportamientos de los mercados; el del cerdo no es ninguna excepción. Ahora mismo existe un magma de incertidumbre sobre el futuro próximo que empapa todos los poros. Además, conviene no olvidar que el actual precio de 1,803 es el más caro de la historia si contemplamos desde enero de este año hacia atrás. Ojo al dato.
No estamos -ni mucho menos- en una situación de pánico. Sin embargo, el futuro a corto plazo no está nada claro.
Creemos que el mercado está bajando en busca de un nivel de precio que resulte competitivo para impulsar las exportaciones. Como sabemos, España exporta más del 50% de la carne de cerdo que produce y necesitamos exportar a buen ritmo siempre. De ello dependemos.
El precio del cerdo bajará hasta que el frigorífico tenga un margen lo suficientemente atractivo como para estimular su actividad. Debemos tener en cuenta que en los cuatro meses de abril a julio lo que han perdido ha sido histórico, verdaderas fortunas semanales. Cuando los frigoríficos se lancen a sacrificar el precio no bajará más. Todavía no hemos llegado a este punto.
En el momento de redactar este comentario el precio del cerdo en Alemania (su equivalencia en vivo según Mercolleida) es de EUR 1,77/ kilo en vivo. Como se ve, más barato que en España. Hemos de recordar que Alemania todavía es el mercado directriz de Centro Europa. No está escrito en ninguna parte que los cerdos españoles deban ser siempre más caros que los alemanes…
Para el porcicultor se han terminado los “cuatro excelsos meses” con precios inimaginables (tocando el cielo con los dedos). Es momento ahora de verlas venir. Para el frigorífico parece que la sangría se ha detenido y que ha abandonado el infierno insoportable; veremos si puede arreglar su balance antes de fin de año.
En el furgón de cola de toda la cadena están los sufridos fabricantes. El cerdo ha bajado en una forma importante y, sin embargo, los precios de la carne y de las piezas apenas se han movido. La entrada a la escuela ha servido para aguantar el mercado de la carne, además de la cortedad de la faena en Centro Europa, cuyos excedentes de carne se echan en falta en Italia.
Nos parece que la carne y las piezas bajarán; en el mercado internacional los precios que se concretan nada tienen que ver con los europeos. Aunque los vasos comunicantes entre la UE y el Mercado Mundial sea imperfectos (la UE es muy proteccionista en nuestro campo), existen. Y se dejarán sentir en breve.
Desconocemos dónde y cuándo aparecerá un suelo firme para el precio de nuestros cerdos. Pensamos que una cotización de alrededor de 1,65 pudiera marcar el límite. ¿Quizás a finales de noviembre? Toca esperar y ver.
Ocurra lo que ocurra de aquí a final del año, el ejercicio será bueno o muy bueno para los porcicultores. Para los frigoríficos no, puesto que parece imposible que se pueda recuperar lo perdido. Los fabricantes siguen sufriendo.
Peter Marshall, un conocido actor de la TV estadounidense dejó dicho: “Mientras suspiramos por una vida sin dificultades debemos recordar que los robles crecen fuertes a pesar de los vientos contrarios y que los diamantes están formados bajo presión”.
Guillem Burset
